No hay comienzo de año sin una lista de deseos.
Compras, viajes, casa, carro, trabajo nuevo o ascensos, ganas de estudiar o aprender otro idioma… En cada año nuevo, hacemos nuestra lista de propósitos con la esperanza de que esta vez no se quede en veremos, ni se pierda en el afán del día a día.
Para que tus propósitos de Año Nuevo no naufraguen, Metidas de Plata te comparte estos tips. Si los sigues, podrás convertir tus sueños en metas medibles y alcanzables.
Aterriza tus sueños y conviértelos en realidad con estos seis pasos.
1. ¡Concretemos!
En los detalles se diferencia el sueño de la realidad. Si en tu lista de 2024 pusiste un carro, piensa en qué modelo y marca quieres. Si buscas cambiar de trabajo, define el sector y el rango de salario que buscas. Entre más definido esté tu propósito, más fácil será establecer los caminos para llegar.
Un primer paso para financiar tus propósitos es usar la opción de Metas de Ahorro de Nequi. Funciona así: pones un monto de plata que necesites y le asignas una fecha. Por ejemplo, 1 millón de pesos para el 31 de diciembre.
Una vez establecida la Meta, puedes aportar plata semanal o mensualmente, y hacerlo manual o automáticamente hasta que consigas todo. De a poquitos se logra mucho. Ahorra y consigue eso que quieres sin darte cuenta.
2. ¡Cotizar es gratis!
Una vez establecido y definido tu sueño, es hora de presupuestar cuánto vale llevarlo a cabo y cuánto tendrás que invertir en términos de esfuerzo, tiempo y plata. Esto te permitirá entender qué tan viable es tu propósito.
Si no te alcanza, ¡no pasa nada! puedes ajustar tus expectativas o llevarlo a cabo por etapas. Pero NO DESISTAS del sueño, pues antes de tener el último carro del mercado, puedes tener uno más modesto y aprender con ese. Y luego vas evolucionando.
Cotizar y presupuestar es gratis y te va ayudar a entender qué puedes lograr y en cuánto tiempo. Recuerda: ¡todo peso cuenta!
3. Abre caminos
Una vez establecido y detallado el propósito y el presupuesto, es hora de buscar la manera de llevarlo a cabo.
Sácale un tiempo a tus metas (una hora diaria o un día del fin de semana), busca formas de financiarte (trabajos adicionales o ahorros) y ve con calma. Recuerda: nada pasa de un día para otro. A las cosas que queremos podemos acercarnos cada día, un paso a la vez.
4. Pequeñas metas
Si tu meta es grande y te es difícil llegar en un solo año, no te dejes desinflar. Crea pequeñas metas para llegar a tu meta principal. Por ejemplo, si lo que quieres es comprar casa, puedes crear submetas que te lleven de un paso al otro. Un ejemplo aquí:
- Arma tu presupuesto
- Cotiza casas
- Mejora tu vida crediticia
- Ahorra la cuota inicial
- Aprende sobre créditos de vivienda
- Y, finalmente, prepárate para comprar
5. Para cada tarea, un doliente
Este punto cobra valor cuando se trata de metas en familia o pareja. No todo el mundo puede aportar de la misma manera, pero todos tienen algo que aportar. Si trabajas en una meta conjunta, busca que cada uno pueda aportar según su talento y capacidades.
6. Pon un plazo
Ponle a tu meta un tiempo de cumplimiento, que te ayude a ejercer una sana presión para llevar a cabo lo que quieres.
Finalmente, cuando cumplas una meta, evalúa qué salió bien o mal. Aprende de los imprevistos que ocurrieron y toma nota para la próxima. Las metas se logran con práctica y para alcanzarlas lo más importante es la constancia y estar dispuest@ a aprender.